MI EXPERIENCIA CON LA SANIDAD PÚBLICA EN CÁCERES
Uno
que ya tiene una edad provecta ha sufrido achaques de diversos tipos lo que le
ha llevado a tener que acudir con cierta frecuencia a la sanidad pública de
Cáceres ciudad en la que reside.
Hoy
después de varias experiencias que he tenido con los sanitarios cacereños, he
de proclamar, porque es de justicia, la alta profesionalidad en la atención que
he recibido, así como el excelente trato que me han dispensado.
Y
como a veces se critican algunas actuaciones de nuestros sanitarios, yo hoy pongo
de relieve, la excelente preparación que en mi opinión tienen, que se completa
con un trato personal muy atento.
La
atención primaria con muchas dificultades por tener que convivir con la
pandemia ha ido saliendo del paso y resolviendo problemas, aunque fuese vía
telefónica, con gran esfuerzo del personal de todas las categorías. Mi médico
de cabecera, aunque fuera por teléfono, ha resuelto y concertado todas las
citas con las diferentes especialidades que he necesitado y me ha actualizado
los medicamentos que preciso. En atención primaria que es primer contacto que
tenemos los pacientes con la sanidad pública, han sido ejemplares en los
difíciles momentos que se han vivido y que, afortunadamente, parece que vamos
superando.
El
equipo de Hematología en el Hospital San Pedro de Alcántara funciona
estupendamente. Siempre pendientes de la evolución de nuestros padecimientos, explicándote
con detalle tu problema y poniendo de relieve las soluciones que se aplican y
las que pueden aplicar si hay complicaciones futuras. Uno sale de allí
perfectamente informado de lo que le pasa y reconfortado al comprobar que está
en manos de un equipo que se preocupa de sus enfermos.
Pero
es que en Radiología de ambos hospitales de la ciudad el funcionamiento también
es ejemplar. Con un trato exquisito hacia los pacientes, los médicos, enfermeras
y técnicos en radiodiagnóstico llevan a cabo una labor de alta profesionalidad
que comporta el manejo de aparatos muy sofisticados.
Ahora
que me ha pillado el toro más en serio, vuelvo a experimentar que la sanidad
pública cacereña funciona adecuadamente.
Diferentes
departamentos que me han atendido con prontitud como son Neumología, Oncología
médica y radioterápica o Digestivo, así como el Hospital de Día del San Pedro,
han demostrado un alto nivel de atención y profesionalidad, que es preciso
destacar.
Mi
última y reciente experiencia con la Unidad del Dolor del hospital San Pedro de
Alcántara no puede ser más positiva. Un trato excelente con todo tipo de
información y ofrecimiento de sus servicios para reducir el dolor, plaga que
afecta con dureza a nuestra sociedad.
Por
eso cuando los medios de comunicación informan de episodios de agresiones a
sanitarios no puedo entenderlo. Supongo que son casos extremos que al tratar asuntos
tan importantes como la salud, la vida y la muerte, excitan los nervios de los
pacientes y lo que es peor de sus familiares que reaccionan con violencia ante
situaciones que muchas veces son insolubles. Y ante las que los médicos y el
personal sanitario no pueden hacer nada.
Soy
hijo de médico y he vivido de cerca la sanidad que había hace años y la que
existe hoy día. La evolución ha sido notable yo creo que en todas las
especialidades. Han mejorado los conocimientos, también lo han hecho las
técnicas de diagnóstico, hay mejores aparatos disponibles y en definitiva la
atención al paciente es mejor.
Creo
que podemos presumir de una excelente sanidad pública. En Extremadura y
particular en Cáceres en mi caso particular o en el de mi familia puedo dar fe.
Creo que tiene un nivel de personal sanitario muy aceptable. Y en ese sentido
los políticos debían reforzar en materia de personal la sanidad. Reduciendo al
máximo los tiempos de espera para que los enfermos sean atendidos. Cubrir las
vacantes y no exigir al personal esfuerzos continuados de imposible
cumplimiento. Ese ese su desafío.
Como
en toda obra humana no dudo que habrá errores o negligencias. Pero eso se da en
todas las profesiones y sistemas. Es inevitable. En medicina o en sanidad se
nota mucho más porque está en juego la vida de los pacientes. Y si hay un 1 %
de fallos y un 99 % de aciertos, lo que destaca son los fallos. Los aciertos se
dan por supuesto como el valor en la milicia.
Y
en medicina un error puede llevarse por delante la vida de un paciente. En
otras profesiones un error puede no ser tan trascendente. No es lo mismo que se
abra un bache en una calzada recién construida que una persona muera por un
error o una falta de atención médica. El o los baches tienen arreglo, todo se
reduce a un problema económico. La muerte de una persona por un error o
negligencia no tiene precio. Y de ahí la gran responsabilidad que tienen en su
trabajo nuestros sanitarios. Que ha de ser reconocida.
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