PROBLEMAS
DE AGUA EN EL GUADIANA EXTREMEÑO
El
tiempo transcurre y no llueve en la cantidad suficiente para que los embalses
de la cuenca extremeña del río Guadiana, recojan y almacenen recursos hídricos
suficientes para garantizar el regadío de toda la superficie potencialmente regable
en la próxima campaña del año 2024.
Da
la impresión de que nos encontramos ante un ciclo de sequía de parecidas
características al ocurrido en el período 1992 – 1995, que fue uno de los más
duros que ha sufrido el regadío extremeño.
Con
grandes números en la cuenca extremeña del Guadiana, se necesita disponer de
2.330 Hm3 de agua para atender los diferentes usos socioeconómicos y
ambientales durante el próximo año. 120 Hm3 son precisos para asegurar el
abastecimiento urbano durante dos campañas; 1.150 Hm3 necesitan los regadíos para
cultivos no permanentes y 80 hm3 para cultivos permanentes; 800 Hm3 van
destinados a mantener los caudales ecológicos y 180 Hm3 es la evaporación que
se produce en nuestros embalses. Estas son las cuentas.
Si
no se tienen estos 2.330 hm3 de agua disponibles, y digo disponibles que no es
lo mismo que embalsados, ya que aproximadamente un 10 % de lo embalsado, se
considera no utilizable, no se podrá regar la totalidad de las tierras en la
próxima campaña. Para hacer las cuentas finales supondré que este 10 % es agua
no disponible y no podremos contar con ella.
La
zona occidental de la cuenca del Guadiana, exceptuando el embalse de La Colada
que en principio no influye en Extremadura, dispone de una capacidad máxima de
almacenamiento de 8.064,91 Hm3. A fecha 25 de diciembre de 2023 almacenaba un
volumen de 2.090,2 Hm3, el 25,9 %. Cuatro puntos porcentuales más que lo
almacenado el año anterior.
Considerando
el 10 % de lo almacenado como no disponible, tenemos como útil embalsado
disponible un volumen de 1.881,18 Hm3. Eso es lo que hay en este momento realmente
disponible para atender todos los usos antes reseñados.
Dado
que la evaporación es un uso inevitable y el abastecimiento urbano es
preferente a todos los usos, en realidad nos quedan disponibles 1.581,18 Hm3
con los que habría que atender a los cultivos permanentes y no permanentes de
regadío y a los caudales ecológicos.
Considerando
que estos caudales ecológicos gozan de preferencia absoluta, excepto frente al
abastecimiento urbano, al ser considerados como una restricción previa a los sistemas
de explotación, en realidad quedarían disponibles para el riego 781,18 Hm3.
Esto representa solamente el 63,5 % del agua que los regadíos necesitan.
De
modo que si no llueve lo suficiente de aquí a finales de febrero que es cuando
los regantes han de comenzar los preparativos de sus tierras, nos veríamos ante
una sensible reducción de las superficies de posible riego en la próxima
campaña. Y llovería sobre mojado ya que las campañas de 2022 y 2023 también se
han caracterizado por restricciones en
las superficies regadas.
Así
que nos encontramos actualmente en una situación de gran incertidumbre sobre lo
que puede ocurrir de aquí a febrero con los volúmenes de agua almacenada, y las
posibles cantidades de las que podrán disponer los regadíos extremeños del
Guadiana.
El
volumen destinado a atender los caudales ecológicos representa el 65 % del
volumen destinado a riegos, lo cual es una desmesura, si se considera que los
ríos extremeños en régimen natural no cubrirían esta cantidad especialmente en
estiaje. Por esta razón dichos caudales ecológicos tienen que ser suministrados
desde los embalses existentes restándole garantía al regadío y también a otros
usos.
La
Instrucción de Planificación Hidrológica en su apartado 3.4.3 permitiría una
reducción de los caudales ecológicos en época de sequía cuando se cumplan las
condiciones del artículo 38 del Reglamento de Planificación Hidrológica en
relación con el deterioro temporal de las masas de agua, excepto en las
superficies que pertenezcan a la red Natura 2000 o los humedales del convenio
de Ramsar.
Como ya propuse en las campañas 2022 y 2023,
sin ningún éxito, lo cual era esperable dada la preferencia del Ministerio de
Transición Ecológica por los aspectos ambientales, lo que a nuestro juicio
habría que hacer para disminuir los efectos de la sequía sobre el regadío. Se
trata de reducir esos caudales ecológicos el máximo posible en la campaña 2024,
aunque se deteriore algo el estado de las masas de agua afectadas. En todo caso
este perjuicio a las masas de agua tendría carácter temporal. La reducción del
volumen para caudales ecológicos se destinaría a riegos para mejorar algo el
escenario existente.
Una
reducción de los caudales ecológicos de un 30 %, supondría poder disponer para
el riego de 240 Hm3 más de agua, lo que elevaría a 1.021,18 Hm3 el total disponible
que representaría el 83 % de lo necesario, mejorando sensiblemente la situación,
sobre la que habría si se mantuvieran los caudales ecológicos en su totalidad.
En
todo caso hemos de esperar acontecimientos en relación con la pluviometría del
poco más de un mes y medio que resta. Si no lloviera lo suficiente, el regadío
extremeño del Guadiana tendrá problemas de agua en la campaña 2024.
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