FERROCARRILES
EXTREMEÑOS: CONTINÚA EL ESPERPENTO
Los
episodios de anomalías acontecidos en la línea férrea Madrid – Badajoz y en otras
líneas del ferrocarril en Extremadura no conocen límites. La verdad es que esta
bendita y hermosa tierra extremeña no tiene suerte con el tema ferroviario. Cada
día que pasa nos enteramos de un nuevo estropicio, al que, con seguridad, Valle
- Inclán incluiría entre sus esperpentos.
La
casuística es amplia y comprende importantes retrasos, averías en los convoyes
un día sí y otro también, fallos de control en la línea y también, en ocasiones,
se han vendido más billetes que asientos y algunos pasajeros han tenido que ir
sentados en el suelo. Asimismo, se ha dado el caso de no presentarse el maquinista
a su puesto de trabajo.
Del
último despropósito nos ha dado cuenta un importante diario extremeño. Y es que,
al parecer, uno de los túneles de la línea Badajoz - Madrid, el más largo en
territorio extremeño, el de Santa Marina de 3,5 km de longitud, destinado a
salvar el puerto de los Castaños, no cumple las especificaciones para
evacuación de los pasajeros en caso de avería o accidente dentro del mismo,
porque los andenes interiores, quedan muy lejos de las puertas de salida de los
vagones. Increíble, si no fuera porque la noticia la conocemos a través de un
medio de comunicación de prestigio.
La
situación descrita en el interior del túnel implica que cada vez que un convoy,
que circule entre Cáceres y Monfragüe o Plasencia y viceversa atraviesa este
conducto, unos cuantos efectivos de personal auxiliar contratado por RENFE,
toman las salidas de los vagones, provistos de plataformas portátiles, e
incluso de una camilla, por si durante el trayecto del tren en el interior del
túnel, se produce una avería, accidente u otro tipo de incidencia y hay que
evacuar a los pasajeros del convoy.
Este
despliegue de medios, es debido a que, entre las puertas de los vagones y los
andenes del túnel hay mucha distancia, lo que dificulta que el abandono del
tren pueda tener lugar en condiciones de seguridad suficiente para los sufridos
pasajeros. Por esto han de habilitarse plataformas que unan el tren y el andén,
para que pueda descender el pasaje sin riesgo adicional, al que ya está corriendo
debido a la incidencia que se haya producido en el interior del túnel.
Con
la presteza, habilidad y eficacia que le caracteriza ADIF ya ha encargado el
proyecto para resolver este despropósito. Cuatro meses de nada para su
redacción. Y lo que luego tarden en ejecutarse las obras de acondicionamiento
del túnel de marras. Que ni se sabe. Porque lo del tren entre Madrid y Badajoz
no tiene horario, ni fecha del calendario, en su terminación hasta la capital
del reino. Ni en los tramos intermedios en donde falta la electrificación entre
Badajoz y Plasencia. Y prácticamente falta todo en el nuevo trazado entre
Plasencia y Madrid.
Y
yo me pregunto: ¿cómo se inauguró hace casi un año, el tramo Badajoz –
Plasencia, de esta línea con este riesgo para los pasajeros existente en el
túnel?
Una
vez defenestrados el presidente de Renfe y la secretaria de Estado del
Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, a causa de otra chapuza
como es la de los trenes de Cantabria y Asturias, yo me pregunto ¿a quién toca
ahora ser destituido?
Aunque
tratándose de asuntos extremeños, no parece que minucias como la del túnel
impliquen ceses. Eso sólo ocurre en las comunidades autónomas de primera
división. Y los extremeños hace ya mucho tiempo que jugamos en segunda
categoría. Y no hay manera de que ascendamos.
De
modo que los usuarios del ferrocarril en Extremadura, tendremos que seguir
aguantando carros y carretas y teniendo que circular por una línea peligrosa,
diga lo que diga esa malhadada Agencia de Seguridad o lo que sea, que consiente
que los trenes circulen en estas lamentables condiciones.
ADIF
argumenta que el túnel se proyectó y ejecutó con una normativa europea del año
2007, la cual cambió en el año 2014. Y yo me pregunto: ¿no ha habido tiempo
suficiente para adaptar el túnel a la nueva normativa en nueve años y antes de
ponerlo en servicio? ¿cómo los dirigentes de ADIF, RENFE y el Ministerio de
Transportes consienten que los pasajeros corran estos riesgos?
Ha
sido ahora cuando ha trascendido a la opinión pública semejante estropicio en
este túnel, cuando se acomete el arreglo. Es toda una vergüenza sin límites.
Yo
espero que en Extremadura haya suerte y no ocurra una catástrofe como la de la
curva de Angrois en Galicia donde hubo 80 muertos, de modo que no tengamos que
lamentar tanta incuria, negligencia y falta de profesionalidad, como la que
están demostrando ADIF y RENFE.
Porque
las consecuencias de estas imprevisiones no se arreglan, poniendo velitas en el
lugar del accidente, ni echando la culpa a un pobre maquinista de la falta de
controles y de seguridad en la línea. Se solucionan tomando medidas y siendo
eficaces. Y, aun así, pueden ocurrir accidentes, de los que por desgracia no
estamos libres, ni cuando se hacen las cosas bien.
Tal
vez los dirigentes extremeños, en vez de resignarse con todas estas situaciones
esperpénticas que se dan en nuestros ferrocarriles, debieran poner pie en
pared, como han hecho los presidentes de Asturias y Cantabria, plantarse en el
ministerio y en la presidencia del Gobierno y exigir de una vez por todas que
se termine con tanta ineficacia, torpeza y negligencia como las que se dan en
las líneas ferroviarias de Extremadura. Que ya va siendo hora.
No ha limite a este, esperpento continuo del ferrocarril en Extremadura. Gracias, Jose Ignacio por poner el dedo en la llaga
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