PRESIONES MINISTERIALES CONTRA EL REGADÍO
El
regadío ocupa una superficie de alrededor de 3,7 Millones de hectáreas en
nuestro país. Es un aprovechamiento fundamental en nuestra agricultura ya que
las características climáticas de la mayor parte de España hacen necesario el
riego para poder producir cultivos en el período que va de mayo a octubre. Los
cultivos bajo abrigo también necesitan del riego.
Es
el uso económico que más agua utiliza. Alrededor del 70 % del agua que
anualmente se consume en España se destina al riego.
El
regadío genera el 64 % de la producción de la rama agrícola española, una
hectárea de riego produce 6 veces lo que una de secano; transforma los paisajes
áridos del estío español en zonas verdes de vida vegetal; genera importantes
niveles de rentas y empleo directo e inducido en las áreas regadas; fija la
población en el territorio; asegura nuestro abastecimiento alimentario incluido
el de los turistas que nos visitan; es el principal proveedor de productos para
la industria agroalimentaria y se ha convertido en uno de los principales
sectores exportadores contribuyendo a mejorar nuestra balanza comercial
exterior.
En
lo que concierne al cambio climático las superficies de riego constituyen
importantes sumideros de CO2 por el efecto de la fotosíntesis de los cultivos.
Por
todas estas razones el regadío ha de ser considerado como un sector estratégico
de nuestra economía y en consecuencia defendido y promocionado por la sociedad
y, por supuesto, por la administración.
Debido
a los procesos de modernización acometidos por los regantes desde 1998, hoy día
se riegan en España unos 2 millones de hectáreas mediante sistemas de riego de
alta eficiencia (goteo principalmente). Somos el segundo país del mundo detrás
de Israel que más porcentaje de su superficie riega por métodos eficientes.
Este proceso modernizador ha supuesto un ahorro de agua del orden del 15 %.
El
regadío ha tenido la mala suerte de que mientras el sector como tal está
adscrito al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, un ministerio en
declive, el agua elemento fundamental para el regadío depende del Ministerio de
Transición Ecológica y Reto Demográfico, un ministerio en auge siendo su
titular vicepresidenta cuarta del gobierno de la nación.
El
Ministerio de Transición Ecológica en materia de agua se rige y sigue a
rajatabla, menos en los casos excepcionales previstos en el artículo 9, la
Directiva Marco del Agua, una disposición de la UE promulgada en el año 2000,
en la que los objetivos ambientales de conseguir el buen estado de las masas de
agua, son prioritarios frente a los usos económicos de la misma, entre ellos el
regadío, cuando debería existir igualdad entre esos objetivos de acuerdo con lo
dispone el Texto Refundido de la Ley de Aguas.
Esta
preeminencia de los objetivos ambientales se refleja en los Esquemas de Temas
Importantes recientemente aprobados como paso previo a la revisión de los
planes hidrológicos del tercer ciclo de planificación, en los que la consecución
del buen estado de las masas de agua es objetivo primordial. Para conseguirlo
se establecen unos caudales ecológicos como restricción previa a los sistemas
de explotación, sin tener en cuenta las características hidrológicas de los
ríos en clima mediterráneo, ni los usos prexistentes antes de la promulgación
de la Directiva Marco, entre otros alrededor de 3 millones de hectáreas de
riego.
El
ecologismo ha colonizado el ministerio del que depende el agua y se están
produciendo una serie de hechos preocupantes que afectan al regadío. Veamos dos
ejemplos.
Al
parecer el Ministerio tiene el objetivo de modificar la composición del Consejo
Nacional del Agua, dándole una vertiente todavía más ecologista de la que ya
tiene. Al parecer pretende adjudicarse un puesto vitalicio al presidente de la
Fundación Nueva Cultura del Agua de corte claramente ecologista. No se conocen
las razones de esta distinción. Deducimos que la maniobra obedece a criterios
ideológicos, partidistas y sectarios o tal vez al pago de servicios prestados.
En la composición actual del consejo ya existen tres expertos en planificación
hidrológica: medio ambiente, conservación de la naturaleza y regadíos que parece
serán eliminados en beneficio de una Fundación privada que no representa a
nadie más que a sí misma.
Otro
ataque más al regadío nace del proyecto de decreto que regula la protección de
las aguas contra la contaminación difusa. Se centra en la contaminación por
nitratos de origen agrario, sin considerar que existen otras fuentes de
contaminación como la multitud de núcleos de población que no depuran sus
aguas, aquellos núcleos que teniendo instalaciones de depuración estas no
funcionan adecuadamente y vertidos industriales sin depurar entre otros focos
contaminantes no agrarios. Pues bien, a pesar del esfuerzo realizado por los
regantes en modernización, aplicando técnicas de fertirrigación y tipos de
abono en los que se ha reducido al máximo su capacidad de lixiviación hacía los
acuíferos subterráneos, resulta que el regadío parece ser el culpable único de
la contaminación difusa.
Y
todo esto sin disponer de redes de medida diferenciadas con el suficiente
número de puntos de control, situados en las zonas de posible contaminación,
que permitan discernir quien es el que realmente contamina.
De
todos estos acontecimientos y de la orientación de los planes hidrológicos,
deduzco el mal porvenir que le espera al regadío con este Ministerio de
Transición Ecológica. Esperemos que el Ministerio de Agricultura, Pesca y
Alimentación se erija de una vez por todas en defensor del regadío como sector
estratégico de nuestra economía, mostrando anta la sociedad los notables
esfuerzos que está llevando a cabo para ser sostenible y respetuoso con el
medio ambiente.
Me parece aprovechable todo lo que dices, lo vivo en carne propia, en una explotación de praderas con vacas, los costes del agua, entre Confederación y Comunidad de Regantes superan los 200 €/Ha lo que es ya, junto a los Abonos y los Piensos complementarios, una de las partidas más importantes. Si como parece van a subir empieza a ser descorazonador y pregunto: ¿Porqué no ponen contadores individuales de agua para cada Explotación? si se ponen para las viviendas, porqué no para las tomas de las parcelas de regadío.
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