REVOLUCIÓN TECNOLÓGICA EN EL SECTOR AGRARIO
El
sector agrario que para los legos en la materia he de aclarar que está constituido
por la agricultura, la ganadería y el sector forestal, a los que ha de añadirse
la industria agroalimentaria directamente ligada a sus producciones, está
experimentando una revolución tecnológica que, en mi opinión, es de magnitud
superior a la que se produjo en el sector con la aparición del tractor y de la
maquinaria agrícola.
Esta
revolución basada en las nuevas tecnologías comenzó hace ya algunos años con la
denominada agricultura de precisión. Tuve ocasión de visitar en Alemania en el
año 1996 un viñedo en las riberas del río Mosela, cerca de Tréveris (Trier) explotado
mediante dichas técnicas que por entonces suponían un gran avance. Los
tractores y máquinas de la explotación dotados de GPS y programas informáticos,
fertilizaban en función de los distintos tipos de suelos que se habían
analizado previamente y reflejadas sus propiedades en un mapa de la explotación
y aplicaban tratamientos fitosanitarios según el estado de los cultivos.
25
años después las nuevas tecnologías que se desarrollan a velocidad de vértigo
están poniendo a disposición del sector agrario una serie de herramientas que
van a permitir poder aumentar su productividad, al tiempo que lo hacen más
sostenible y menos agresivo con el medio ambiente.
De
hecho, ya se aplican en el agro español tecnologías de vanguardia. En el
regadío es común el uso de datos de estaciones agrometeorológicas y de imágenes
obtenidas por teledetección espacial mediante satélites (Landsat, Spot,
Sentinel entre otros) para determinar la evapotranspiración de los cultivos y
sus necesidades diarias de agua de modo que se aplique justamente la que
consumen las plantas. De este modo se hace un uso más eficiente del agua y se
evitan percolaciones de posibles excesos que lixivian principalmente nitratos
causando la contaminación difusa de los acuíferos subterráneos. De igual modo
se están utilizando sensores que detectan la humedad del suelo y avisan al
agricultor de cuándo hay que regar. El riego puede llevarse a cabo mediante
telecontrol sin presencia directa del regante en el campo. La Comunidad de
Regantes del Zújar en Extremadura ha sido pionera en la aplicación del
telecontrol para el riego en grandes superficies (alrededor de 21.000 ha).
Los
anteriores son ejemplos de utilización de las nuevas tecnologías en el sector
agrario, en donde además de la agricultura de precisión, existen otras
herramientas como los robots o los drones, que se usan para vigilar el estado
de las plantaciones o los movimientos del ganado y aplicaciones informáticas para
la determinación de las raciones de alimentación de la ganadería.
La
introducción de los análisis de Big Data mediante aplicación de técnicas de
inteligencia artificial (IA), es otro paso más en la modernización del sector
agrario buscando una mayor productividad, usando la menor cantidad de tierra y
agua para obtener las producciones y mejorando por tanto la sostenibilidad de
los sistemas en un contexto de cambio climático en que estamos inmersos y, en
consecuencia, produciendo una menor agresividad al medio ambiente. Todo ello
buscando el objetivo fundamental de poder alimentar adecuadamente a una
población mundial estimada para el año 2050 en alrededor de 10.000 millones de habitantes.
Hoy día cerca de 1.000 Millones de personas no tienen asegurada su alimentación.
El
último estadio de estos avances tecnológicos lo constituye la agricultura
computacional con el programa Mineral, un proyecto desarrollado por Google a
través de su matriz Alphabet y que se propone revolucionar la agricultura tal y
como la conocemos hoy día.
Se
trata del diseño y aplicación de robots, que monitorizan los campos examinando
una a una las plantas cultivadas de modo que conociendo su situación poder
determinar si es necesaria la aplicación de fertilizantes, si el estado
vegetativo aconseja la aplicación de fitosanitarios o qué cantidad de agua es
preciso aportar a la planta si esta se encuentra en regadío.
Las
posibilidades del sistema son muy amplias, permitirá incluso la adopción de
cultivos intercalados y la introducción de nuevas especies de cultivos mejor
adaptadas a las condiciones ambientales existentes. Esto facilitará que las
plantas puedan ser menos vulnerables a plagas y enfermedades.
El
sistema Mineral se basa en unos robots buggies, energizados mediante paneles solares
y dotados de GPS, que recorren el campo y determinan el estado de cada planta.
Esto supone el manejo de un elevado número de datos (Big Data) que se tratan
por el software del robot y en ordenadores mediante técnicas de inteligencia
artificial. El robot toma imágenes de alta resolución de cada planta, de modo
que el agricultor puede conocer en cada momento su estado vegetativo, su nivel
sanitario, su estado de humedad e incluso poder determinar el momento óptimo de
recolectar el cultivo.
Aunque
el sistema Mineral está en sus comienzos no cabe duda de que su desarrollo que
ya ha empezado en Canadá, USA, Argentina o Sudáfrica constituirá una auténtica
revolución para el sector agrario y su aplicación llevará a una optimización de
recursos para los agricultores que lo apliquen y a una mejora de la
productividad de los cultivos.
Todo
ello exigirá un proceso de formación tanto de los empresarios agrarios como de
la pléyade de científicos e ingenieros que serán necesarios para extender,
generalizar y mejorar la aplicación de estas nuevas técnicas al campo.
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