¿TREN
DIGNO O TREN INDIGNO?
El
máximo representante de RENFE, empresa pública dependiente del Ministerio de
Fomento ha visitado hace unos días Extremadura para examinar con la Consejera
del ramo la situación del ferrocarril en la región. Y ha concedido una
entrevista a un diario regional en la que ha soltado algunas perlas dignas de
destacarse.
Yo
comprendo que estos altos cargos nombrados a dedo se ven obligados a vender la
moto a los ciudadanos y a hacerlos comulgar con ruedas de molino. Eso entra en
el sueldo y forma parte de la tramoya del cargo.
Pero
estos dirigentes debían considerar cuando hacen manifestaciones públicas que a
los ciudadanos en ningún caso han de tomarnos por tontos. Suponer como hacen
ellos que somos idiotas, en mi modesta opinión es una falta de respeto a los
contribuyentes que colaboran con sus impuestos, para que estos directivos de
empresas públicas nombrados a dedo, perciban unos suculentos sueldos.
El
presidente de RENFE ha dicho una verdad como un templo en su entrevista: el
problema ferroviario de Extremadura es histórico. Y es cierto. Sólo que hace 40
años las diferencias ferroviarias entre Extremadura y otras regiones eran
bastante menores de las que existen ahora.
En
su remembranza histórica repartió responsabilidades. Recordó que la vía férrea
Ruta de la Plata la cerró el gobierno socialista de Felipe González en 1985
para viajeros y en 1995 para mercancías.
Añado
yo que en Extremadura no se movió un solo dedo para evitarlo. El gobierno
autonómico de Rodríguez Ibarra se tragó el sapo sin decir ni pío. No rompió
cristales en esa ocasión. Probablemente porque el perjuicio afectaba
principalmente a Plasencia la cuarta ciudad de Extremadura, pero que en asuntos
administrativos suele quedar muy lejos de Mérida.
Ahora
muchos años después la Junta sigue sin enterarse todavía de la importancia que
tiene para Extremadura y no sólo para Plasencia el volver a reactivar esta
línea con un nuevo trazado más moderno para enlazar con el eje atlántico
transeuropeo.
El
entrevistado presidente de RENFE se enzarzó en la discusión bizantina sobre si
el tren que tenemos en Extremadura es digno
o indigno. Si viajara en él de vez en cuando, en lugar de venir a la región en
coche y se dejara de usar estadísticas amañadas, llegaría rápidamente a la
conclusión de que es un tren indigno de los ciudadanos extremeños.
Le
adelanto el por qué: sencillamente porque no tiene el nivel de los que hay en
el resto de regiones españolas: aquí no hay trenes AVE, ni Alvia, ni Altair, ni
Avant ni un solo kilómetro de línea electrificada. Sólo existen los trenes diésel
de media distancia R 598 con los convoyes más viejos de España desechados de
otras líneas. De ahí el sinnúmero de averías e incidencias que se producen. Del
estado de la infraestructura mejor no hablamos.
El señor presidente de RENFE tiene la
obligación de saber que los extremeños, aunque seamos la región más pobre y
abandonada de España, pagamos al fisco los mismos impuestos, a igualdad de
circunstancias, que los madrileños y catalanes por ejemplo. Y no tenemos los
mismos servicios. Ni por asomo. Ya quisiéramos.
Así
que lo que deberían hacer el Ministerio y RENFE en lugar de enviar mensajeros
para tranquilizarnos y vendernos la burra de que el tren es digno, tal y como
el presidente afirma en su entrevista, y de paso enredar con promesas
incumplidas a los dirigentes autonómicos, es habilitar los presupuestos
necesarios, e invertirlos claro está, todo ello con la mayor celeridad para que
este despropósito de indigno ferrocarril que padecemos quede resuelto en el
mínimo plazo posible.
Si
el presidente de RENFE considera que el tren actual es digno para Extremadura,
considerando el principio sustentado por la Constitución Española de que todos
los ciudadanos españoles tenemos igual dignidad, le propongo que desde mañana
mismo estos convoyes que circulan por Extremadura recorran las líneas Madrid –
Sevilla o Madrid – Barcelona en lugar del AVE, ya que según su opinión serían
igual de dignos. ¿O es qué los catalanes y sevillanos merecen un tren más digno
que los extremeños? Pero no lo hará; si tomara esa decisión duraba en el cargo
unos cinco minutos como mucho.
Como
remate el jerarca viene a presionar a la Junta para que abone a RENFE o a ADIF
la estupenda cifra de 4 millones de euros anuales por mantener las deficientes
líneas férreas que no se cerraron y de las que “disfrutamos” los extremeños.
Ahora parece que lo rebajará a 3 millones al hacerse el Estado cargo del tramo
Mérida – Puertollano.
Parece
que la Junta dadas las deficiencias de los servicios se negará a pagar nada.
RENFE amenaza con el cierre de esas líneas calificadas de regionales: Plasencia
– Cáceres – Mérida. Cáceres – Mérida – Zafra – Llerena y Cáceres – Valencia de
Alcántara.
Y
es que lo que ocurre en Extremadura no tiene nombre: somos cornudos y
apaleados. Una pena. Y encima vienen destacados emisarios a decirnos en nuestra
cara que tenemos un tren digno, tomándonos por idiotas. Y así años y años.
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