LA GUERRA DEL
CAVA
Como me temía y así lo expuse en una
reciente entrada de este blog, la decisión del Ministerio de Agricultura y
Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, sobre el cava contenida en la Resolución de 27 de diciembre de 2017, de la
Dirección General de Producciones y Mercados Agrarios publicada en el BOE nº
316 de fecha 29 de diciembre de 2017, ha sido desfavorable para
los intereses extremeños.
La primera batalla de la guerra del
cava la han perdido los agricultores e industriales del ramo ubicados en Requena (Valencia) y Almendralejo (Extremadura). Confiemos en que al final ganen
la guerra. Pero esa victoria, si se produce, me temo que resultará harto
difícil conseguirla.
El
Ministerio ha cedido a la presión de la Denominación de Origen Cava que tiene
su sede en Cataluña y en la que la mayoría de sus componentes y votos son
catalanes.
Como
casi siempre ocurre la administración española ha claudicado ante el chalaneo catalán.
El Ministerio ha tratado de disfrazar su resolución en un intento de dar la
impresión de que sólo atendía parcialmente las pretensiones catalanas – la D.O
Cava pedía congelación de superficies hasta el año 2020 inclusive - adoptando
una decisión salomónica y cediendo una ridícula extensión de plantación nueva:
57,4 has. El resto hasta 172,2 ha corresponde a replantaciones y sustitución de
derechos. Lo ha limitado sólo al año 2018, otra cesión sin trascendencia. En
próximos años los catalanes seguirán mangoneando y haciendo lo que más les
convenga con el sector, siempre en su beneficio.
Una
vez más Cataluña sale ganando en perjuicio de los intereses de otras regiones. Esto
es posible que ocurra porque en las comunidades autónomas perjudicadas todavía
no hay movimientos soberanistas. En España se premia al díscolo y al sedicente
y se castiga a las regiones leales y resignadas sin prestarles la más mínima
ayuda. Pero esto explotará por algún lado más tarde o más temprano.
La
Junta de Extremadura ha criticado la decisión ministerial por considerar que
atenta contra los intereses del sector del cava en su territorio y ha anunciado
recursos varios por las vías administrativa y judicial. Es una postura
coherente en defensa de la expansión del sector del cava en nuestra región.
Esperemos que dé frutos aunque tengo mis dudas. La presión catalana se deja
sentir en todos los estamentos nacionales.
Y
es que Cataluña quiere cercenar el desarrollo del sector del espumoso fuera de
su territorio. No quieren competencia y una de las vías es impedir o reducir el
máximo la ubicación de nuevas plantaciones de variedades productoras de cava
fuera de Cataluña. Para poder monopolizar ellos el mercado de este vino
espumoso tan demandado.
El
crecimiento de la producción del cava en Extremadura o Valencia es una amenaza
para los productores de cava catalanes. Aunque sigan dominando en superficie y
en producción el sector. Pero actualmente más de 6.000 ha se cultivan fuera de
Cataluña con éxito creciente y por ahora imparable. Y les empieza a afectar a
su negocio monopolístico.
En
Extremadura la región de nuestro interés, la producción y las ventas se
incrementan de año en año. En la actual campaña se espera producir y
comercializar cerca de 6 millones de botellas. Además la calidad que se obtiene
es muy alta. Al menos igual que la que se da en la región catalana. Esto les
empieza a hacer pupa. Y no quieren competencia.
Parece
lógico que al tratarse de un producto específico amparado por la Denominación
de Origen Cava esta organización y el Ministerio velen porque no se produzca un
desmadre de producciones, bajada de la calidad y caídas de precios. Eso sería
razonable pero no es el caso.
Bodegueros
fabricantes de cava extremeños han manifestado reiteradamente que el sector
puede crecer en Extremadura hasta al menos el doble de la superficie actual,
ésta asciende a unas 1.400 ha, pues hay mercado para nuestro cava. Extremadura
o Valencia no son responsables de que el cava catalán esté en recesión,
probablemente porque exista un boicot a este producto por razones diversas
entre otras el fanatismo separatista que anida en esa región.
Si
el cava catalán considera que existe mucha superficie productiva y se pone en
peligro el sector, pueden congelar o reducir su superficie regional, pero no cercenar
el desarrollo del cava en otras regiones. Y lo que no es de recibo es utilizar
a la Denominación de Origen Cava, en la que son mayoritarios, con la
complicidad del Ministerio para conseguirlo.
Nos
encontramos en una economía de mercado y no se deben poner restricciones al
mismo salvo que existan causas justificadas que al menos para las regiones
nuevas en producción como Valencia o Extremadura no se dan.
Y
el Ministerio que es de todos los españoles y no sólo de los catalanes, no
debiera consentir este despropósito. Pues en lugar de regionalizar la cuestión,
una vez más ha defendido las tesis de Cataluña. Como siempre. Habrá que tomar
medidas judiciales y de las otras. Para hacernos oír.
Que los Reyes Magos sean
muy generosos con los lectores de este blog. Feliz Año 2018.
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