SANITARIOS Y SANIDAD EN ESPAÑA
Circulaba
por la opinión pública y la publicada desde hace tiempo la idea de que en
España disfrutamos de uno de los mejores sistemas sanitarios o sanidad pública
del mundo. Creo que, en un exceso de optimismo, clasificaban a nuestra sanidad
pública como una de las primeras en la escala mundial.
Yo
creo que para analizar con rigor esta cuestión ha de distinguirse con claridad
desde un principio entre los que son los sanitarios y lo que es el sistema de
salud o sanidad pública de un país. Porque son cosas distintas.
Por
una parte tenemos el conjunto del personal sanitario que está constituido por
médicos, enfermeros, auxiliares, celadores, técnicos de laboratorio, de
mantenimiento y de otras especialidades, administrativos, psicólogos,
especialistas de ambulancias, farmacéuticos y sus auxiliares y veterinarios del
sistema de salud. Es posible que me olvide de alguna profesión más, pero pueden
darse por aludidos e incluirse en la lista.
Por
otro lado está el sistema de salud o sanidad pública que es la organización que
del personal sanitario y de los medios hospitalarios y de atención sanitaria
hacen los políticos. El sistema de salud suele estar diseñado por estos últimos
y los componentes de la cúpula dirigente de esta sanidad o bien son políticos o
personas designadas por ellos y que si quieren permanecer en los cargos han de
seguir las directrices que les marquen. Si no lo hacen la destitución rondará
sus cabezas. Lo sé por experiencia personal en otra área de la administración.
En
el diseño del sistema de salud público se establecen los medios hospitalarios o
asistenciales, su distribución espacial y los medios auxiliares de todo tipo
necesarios para que el sistema funcione y los sanitarios puedan prestar sus
servicios en las mejores condiciones.
En
este episodio del virus SARS – Cov – 2, causante de la enfermedad conocida como
Coronavirus o COVID-19, y que está llevando al límite a todo el sistema de
salud público, se está demostrando que una cosa son los sanitarios y otra muy
distinta la sanidad.
Parto
de la base de que no era nada fácil calibrar la gravedad de esta pandemia,
aunque había datos muy claros en China, Corea del Sur e Italia que daban cuenta
de su magnitud. La realidad ha sido que la situación ha cogido al sistema
sanitario español absolutamente desprevenido. Hasta el punto de que se ha
constatado la ausencia de los elementos de protección más elementales para los
sanitarios. Han faltado gafas, mascarillas y equipos de protección integral que
son los elementos más básicos para evitar el contagio de aquellos que tienen
que curarnos. Esta situación de imprevisión ha sido intolerable. Sobre todo
teniendo en cuenta el precedente del ébola. La imagen de sanitarios
confeccionando trajes de protección con bolsas de basura es deprimente y sin
duda tercermundista.
El
sistema hospitalario se ha visto desbordado y en este aspecto han tenido mucho
que ver los recortes que en el sistema sanitario español, cuya gestión está
transferida a las comunidades autónomas, se han llevado a cabo como
consecuencia de la crisis de 2008. En estos recortes han participado tirios y
troyanos. Da igual el color. Han recortado todos en mayor o menor medida.
Habitaciones cerradas, unidades de cuidados intensivos recortadas, menos
personal de todo tipo y privatizaciones más o menos encubiertas, han causado un
importante deterioro en la sanidad pública. En fin ahora recogemos los frutos,
cuando el sistema se ve agobiado y a veces desbordado pues en muchas zonas no
está dimensionado para dar una respuesta adecuada a esta pandemia.
De
tal suerte que se ha llegado en algunos hospitales al límite, con las UCIs
desbordadas, con falta de respiradores, lo que ha obligado a los médicos a
tener que decidir a quién se atiende y a quién no. Es decir a determinar quién
muere y quién se salva. Demoledor para el paciente por supuesto, pero también
para el profesional que ha de dictaminar quién muere y quién vive.
Los
sanitarios están dándolo todo a pesar de la falta de medios de todo tipo y son
un ejemplo de profesionalidad, entrega y generosidad, pues están poniendo en
peligro su propia integridad física. Desde luego que están cumpliendo como los
buenos. Ni un reproche para ellos.
La
sociedad ha valorado su esfuerzo y de ahí las muestras de agradecimiento que
desde su confinamiento el pueblo español les dedica todos los días a las 20
horas. Ya que no tienen medios, al menos la población les agradece el esfuerzo
ímprobo que están llevando a cabo.
De
todo este episodio dantesco que estamos viviendo he extraído una conclusión
definitiva. Tenemos unos profesionales sanitarios que son de los mejores del
mundo. De esto no tengo duda. Pero el sistema sanitario no es lo mismo. Eso de
que la sanidad española es de las primeras del mundo es una mentira y gorda. Y
tengo en cuenta que es muy difícil hacer frente a esta pandemia. Pero el
sistema sanitario no ha respondido. Los sanitarios sí que lo han hecho.
Los
políticos de los que en definitiva depende la sanidad pública habrían de tomar
buena nota de lo ocurrido, para evitar por todos los medios que semejante
descalabro vuelva a suceder. Deberían reconsiderar que tal vez con menos
políticos y más sanitarios pudiera resolverse el problema. Pero no lo harán. Verán
como sus medios de comunicación construyen y difunden machaconamente el
correspondiente relato. Lo terrible es que la gente, la que se salve claro, se
lo tragará. Estamos ante una sociedad aborregada que no piensa. Solo quiere
cerveza y playa. Así que hasta otra pandemia.
😀😀😀😀😀
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