ANDALUCÍA
Es
un territorio bellísimo. Bañado por las aguas de dos mares, el Mediterráneo y
el Océano Atlántico, en él se ubica alguna de las montañas más elevadas de la
España peninsular con nieves perpetuas en las cumbres del Veleta en Sierra
Nevada. Engloba llanos inmensos con tierras
ubérrimas y ríos caudalosos. Sol en verano y una primavera eterna en algunos
parajes.
Más
de 87.000 Km2 de superficie es la extensión de Andalucía. Una tierra que al sur
mira al continente africano al que casi toca con los dedos y al oeste linda con
Portugal con el que comparte océano y extensas playas de arena blanca y fina,
además del río Guadiana frontera entre el país luso y España.
Es
la Comunidad Autónoma más poblada de nuestra nación. En ella viven más de 8,5
Millones de habitantes lo que da idea de su potencial demográfico.
Sus
recursos naturales son muy notables. Abundantes y variados pescados en sus
mares: sardina, boquerón, caballa, atún, acedía, pargo, corvina, choco y la
exquisita gamba blanca, comercializados en lonjas de la importancia de Cádiz o
Isla Cristina a cuyos puertos arriban barcos con variadas capturas que en
fresco se sirven a los más afamados restaurantes de España o de la región y que
además son la base de una importante industria conservera.
Una
agricultura próspera y avanzada en la aplicación de modernas tecnologías que
incluyen el cultivo bajo plástico en los invernaderos de Almería o en la fresa
de Huelva. Más de 1 Millón de hectáreas de regadío que producen una gran
variedad de cultivos: desde cítricos y frutales como melocotón, nectarina o
ciruela y diversas variedades hortícolas hasta siembras más extensivas como el
maíz, el girasol o el arroz pasando por especies industriales como el algodón.
Un
inmenso olivar, parte de él cultivado en secano y otra parte bajo riego localizado,
proporciona unos aceites de oliva virgen extra de primerísima calidad. Es muy
difícil encontrar un mal aceite en la hostelería andaluza. Siempre te lo
ofrecen de una calidad excelente.
Lo
anterior junto a vinos muy específicos como los de Jerez, Montilla – Moriles o
del Condado de Huelva completan un panorama agrícola de un gran nivel, de modo
que la agricultura y la industria agroalimentaria asociada son un importante
componente de la economía andaluza.
De
igual modo una ganadería de porcino ibérico con productos de primor como el
jamón de Jabugo o de vacuno retinto, conforman un sector agrario de primer
orden que se completa con un buen número de ganaderías de toros de lidia que
pastan sus campos y permiten un aprovechamiento ecológico de sus zonas
adehesadas e incluso de ciertos parajes de marisma.
Su
mar y sus extensas playas con un clima muy suave en la zona costera y paisajes
de interior muy bellos como la Alpujarra, la Axarquía o la Sierras de Sevilla y
Huelva junto a las nieves de Sierra Nevada proporcionan alicientes bastantes
para que se desarrolle un pujante turismo, cada día de más alta calidad, por el
excelente nivel que ofrecen sus hoteles, casas rurales y restaurantes.
El
patrimonio monumental andaluz es inmenso. La Catedral de Sevilla y su Giralda,
la Mezquita de Córdoba o la Alhambra y el Generalife en Granada son ejemplo de
monumentos que están entre los más visitados del mundo. Pero hay muchos más
distribuidos a lo largo y ancho de su geografía de paisajes deslumbrantes.
Los
andaluces respetan y mantienen sus tradiciones. Sus medios de comunicación
amparan y proporcionan una atención constante sobre aspectos tan tradicionales
como la fiesta de los toros, tan denostada ahora en otras partes de España, o
el flamenco y la copla que tienen su cuna en Andalucía.
Su
Semana Santa es un exponente más de la conservación de las costumbres andaluzas.
Una mezcla de arte y religiosidad de un pueblo que se aferra a sus creencias en
la confianza de que después de esta vida exista otra en la que un Ser Superior
compense las muchas desigualdades que se dan en nuestro periplo terrenal.
Empiezan
a aparecer empresas punteras como la factoría de Airbus en Sevilla que fabrica
componentes para dichos aviones lo que da idea de que también Andalucía puede
llegar a ser una potencia industrial.
Hace
unos años adquirí una vivienda para veraneo en las playas de Huelva. Es uno de
los aciertos más importantes que he tenido en mi vida. Desde entonces aunque
soy extremeño puede decirse que considero Andalucía como mi segunda patria
chica. Es un privilegio poder disfrutar parte del año de su clima fantástico,
de sus paisajes, de sus playas y sus mares y de sus gentes amables y acogedoras.
Por
el potencial de sus recursos naturales y demográficos y por los avances de
investigación en sus universidades y centros experimentales en Sevilla, Málaga,
Granada o Córdoba, Andalucía además de una de las despensas de España, la otra
sería mi tierra Extremadura, va por el buen camino para convertirse en una
región puntera en el devenir español.
Terminadas mis
vacaciones, vuelvo a las andadas. Espero contar con la amabilidad de vuestra
lectura. Gracias.
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